Que se alejen los cuervos,
entre pensamientos volátiles del corazón
a ventanas abiertas de pesadumbre.
Que se alejen los cuervos
De este cielo rojo
De ojos navegantes
Empupilante comida de aves
Ahogados en un mar ensangrentado,
hueco de recuerdos pesados
recuerdos encadenados
Que se alejen los cuervos
sumergirlos al exilio
al desolado descanso
en eterno paraíso
Y por fin
no sufriré
solo en la tinta del papel
las palabras sufrirán.
La figura del cuervo, maledicente, obscura, la pena del soñar entre lunas.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Paco. La sombra de un verso hoy cobró vida.
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