En la pocas horas en las que el ser humano es visible como el concepto nos marca, dejamos atrás ciertas facetas de nuestro instinto para sobre ponernos y adaptarnos a las circunstancias que tiene la vida, como escritor, puede movernos el interior el ver o imaginar cierta situación, mas que nada todo aquello que se vive día con día va dejando la cuartilla llena de metáforas que sin duda se guardaran para cuando esto lo requiera (cuento, novela, ensayo, poesía etc.). ¿Algun día (y me pregunto esto con la libertad y al mismo tiempo el encadenamiento hacia las palabras) podremos ser libres completamente, podremos dejar de llenarnos de esa información inútil, insulsa que solo palidece nuestro entorno y hasta nuestros pensamientos, que por las manos hacia donde pulsa cada vocal y consonante fluya sabiduría en palabras precisas, sin rebuscamientos alternos y paralelos solo por el hecho de querer decir algo por el hecho de no decirlo con precisión
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